jueves, 12 de enero de 2017

TRES CANTOS Y EL AGUA CAPITULO V - III


Capitulo V - III (continuacion)
  •  Yacimientos arqueológicos 
El yacimiento de La Moraleja.

    A caballo entre Colmenar Viejo y Tres Cantos, toma su nombre del arroyo, de escaso cauce y el mismo nombre, que se nutre de otros arroyuelos más pequeños que nacen en la zona del Alto de la Cabaña, en Colmenar.

Emplazamiento Necropolis Visigodas
    El yacimiento queda a la izquierda del arroyo, de tal manera que por mor de los caprichos administrativos en las divisiones territoriales, queda separado en dos partes, el hábitat en el término de Tres Cantos y la necrópolis en el de Colmenar.

    Se han recuperado numerosos fragmentos de imbrices (tejas) y cerámicas, fabricados a torno y con adornos hechos con peine de púas o simplemente con los dedos.
Imbrices o Tejas
    En la desembocadura del arroyo del Buitre en la margen derecha del arroyo Tejada, al este de la Ciudad de Tres Cantos, se encuentra este yacimiento, donde se aprecian exactamente las mismas condiciones y restos que en el de la Moraleja, aunque aquí se encontró además, una piedra de afilar y restos de escorias, lo que parece indicar un poblamiento mas en línea con los encontrados en los yacimientos de Colmenar.
  • Necrópolis visigodas

La necrópolis de La Moraleja.

    Está en el término municipal de Colmenar Viejo, aunque en la linde con el de Tres Cantos, como hemos dicho, en una pequeña loma y solamente se han encontrado dos sepulturas que se excavaron en la década de 1970 sin método arqueológico alguno. 

Tumbas visigodas
    Por ello no podemos hacer una descripción fidedigna, aunque parece tratarse de fosas revestidas con lajas de piedra, formando una caja rectangular. En su interior se encontraron restos óseos de tres individuos, un anillo con inscripción, que está pendiente de estudio y restauración y una placa de adorno de alguno de estos individuos.

La necrópolis de El Bodonal,   
    Se localiza en una pequeña loma junto al arroyo de El Bodonal.
    La intervención arqueológica, efectuada por el Equipo A de Arqueología de Colmenar Viejo, consistió solamente en limpieza, excavación y documentación de una tumba de la que solamente se conservaba la mitad, ya que se vio afectada por las obras de un vallado, en la actualidad está considerada zona de reserva protegida.
    La tumba tenía una orientación Este-Oeste, y como hemos comentado, su arquitectura es la característica de lajas de granito verticales, cubiertas con una losa horizontal para su cubierta. En su interior se recuperaron los restos  de un individuo, aunque solamente los restos correspondientes a su mitad inferior.

Vasija de Ajuar Funerario
    Durante las labores de limpieza y cribado, se encontraron varias lajas, una losa y restos óseos en mal estado de conservación, además de una jarrita gris. 

    Los excavadores piensan que se trata de una necrópolis, por el hallazgo de restos cerámicos y de esta jarrita con pico vertedero en su labio, que les lleva a pensar que formaba parte del ajuar funerario de uno de los enterramientos. 
    Es difícil precisar su cronología, pero todo hace pensar en la época visigoda o altomedieval.



   Otros restos históricos

    Ya hemos hablado anteriormente en este trabajo,  que las tierras del actual Tres Cantos eran  las mejores tierras agrícolas del antiguo y extenso termino municipal de Colmenar Viejo, y lo evidencian las Relaciones topográficas de Felipe II, que ya en 1.580 nos decían  “…tierras de labor de pan y granjería de viñas y ganados, y en ella, si no hubiese venados tenía todo el pan e vino necesario para el sustento de dicha villa y para vender fuera, y los ganados lo mismo…”.

    A mediados del siglo XVIII, se dictaron Cedulas y Ordenanzas  y se liberaron prestamos, para la creación de muros de “pie de piedra y tapia de tierra”, que protegieran a las propiedades privadas,  de las incursiones de venados y jabalíes que escapaban de las monterías en los reales cazaderos de Viñuelas y El Pardo, o de otros animales como ovejas, cabras, cerdos y conejos, que destrozaban los cultivos. 
    La superficie total así protegida fue de unas 500 hectáreas (1.200 fanegas), y en ella cabían unas 200.000 vides y otras tierras mas, para el cultivo del cereal y arbolado.


    La Vega del Registrador

    Es de destacar, dentro de este apartado, La Vega del Registrador, topónimo de reciente creación, situado entre los arroyos de La Moraleja y Bodonal. 
    Era propiedad de un registrador de la propiedad de Colmenar, de ahí su nombre, y se desconoce la evolución histórica de dichos edificios, pero  parece ser que con anterioridad a la guerra civil tuvo una cierta importancia económica. 
    Fue requisada durante la guerra civil por el sindicato de la CNT, predominante en la zona, por la que entendemos que fue preservada y continuó su explotación durante ese periodo.
Estado actual de la Vega del Registrador.

    La epidemia de filoxera que acabo con los viñedos de toda Europa, pudo influir decisivamente en su decadencia y ruina posterior. En la actualidad pueden verse un conjunto de ruinas de gran interés con diferentes espacios y actividades.

    Un edificio rectangular de grandes dimensiones para la elaboración y procesado del vino, apreciándose aún las bocas y bases de seis grandes tinajas y lagares.

    Se completa el conjunto con otros edificios para vivienda, establos, etc, y sobre todo con los restos de una capilla, de piedra bien labrada, cuyo pórtico está derrumbado pero en buen estado de conservación.
Vista aerea de la Vega del Registrador.

    Es de mencionar que en esta capilla se celebraba el culto para los trabajadores del lugar, y para los del poblado del Sifón de El Bodonal, compaginando el culto con los oficios en el Castillo de Viñuelas, un cura atareado como podemos imaginar.


  

   Los Colmenares,

    La primera cita sobre “El Colmenar” (Colmenar Viejo), se recoge en una cita de 1.248, cuando el rey Fernando III, en pleno sitio a la ciudad de Sevilla, decide poner fin a los conflictos entre Segovia y Madrid, por el control de este territorio.

    La deducción es simple, una de las actividades económicas más antiguas e importantes de la zona, que incluso dio origen al nombre del lugar, y cuyo nombre se ha mantenido hasta nuestros dias, es la apicultura, es decir, El Colmenar.

    Esta actividad tan importante para nuestro territorio y en general para el ser humano, merece un estudio monográfico e histórico, y aunque hay algunos trabajos en este sentido,  aún falta por hacerse uno en profundidad y bien documentado.

Un colmenar cercano al Rio Manzanares en el cerro de la Marmota.
    Se considera que en 1.914, la suma de todos los apicultores o colmeneros de nuestro territorio, eran unos 140. En la actualidad se calcula que hay una docena de apicultores, con unas 550-600 colmenas, aunque muy pocos viven exclusivamente de este menester.
    En la tabla siguiente, podemos ver la evolución de colmenares y constatar el profundo declive de esta actividad, cada uno podrá sacar sus propias conclusiones.


Evolución del numero de colmenas en Colmenar Viejo
Año
Nº colmenas
Fuente
1752
1.853
AHN Catastro de Ensenada y Respuestas particulares.
1800
+ 2.000
AHN, sección nobleza, Osuna legajo 617
1890
1.830
Ayala M y Sastre F.
1915
8.400
Criado E.
2010
550-600
Fernando Sanz

     Los restos del colmenar que se encuentra en el término municipal de Tres Cantos, muy cerca del arroyo Bodonal, similar al de la Marmota y otros, son los restos de un colmenar tradicional, esto es, en una ladera suave, orientado al sur y evitando los vientos dominantes en la zona y de forma rectangular. 

Ruinas de un Colmenar en el Bodonal.
    Aparece también un cercado, normalmente de piedra, accediéndose mediante una pequeña puerta. Esta medida de cercar los colmenares mediante “piedra y barda”, se tuvo que adoptar para protegerlos eficazmente de los animales, tanto salvajes, osos, lobos, zorros, etc, como domésticos, vacas y ovejas, además de, como hemos dicho, protegerlos de los vientos y también de los numerosos robos que se producían.

    En el interior de este cercado y normalmente en un rincón, se levantaba una pequeña caseta para guardar los aperos, y especialmente los corchos redondos con que se fabricaban las colmenas antiguamente.

    También dentro del cercado se procuraba que hubiese algunos arboles, que posibilitaban la fijación de los enjambres y también como alimento para las abejas en la época de floración.

    Nuestra sociedad no está prestando atención al enorme problema que supondrá, para el ser humano y en general para la vida en la Tierra tal y como la conocemos, que es lo que pasará si se confirma la desaparición de las abejas, cosa que está sucediendo a gran velocidad, sin que nuestros gobernantes le pongan remedio.

Hasta aqui, la información que he podido compilar y poner a disposición de los tricantinos y de cualquiera que este interesado en ampliar sus conocimientos en general. Me comprometo a iniciar otros blogs, que sean de interes para todos, tricantinos o no.



Bibliografía:
El territorio de Tres Cantos, coordinado por José López Yepes

Tres Cantos, La ciudad y el Territorio, editado por el Ayuntamiento de Tres Cantos

Canal de Isabel II,  en Wikipedia

Historia del Canal de Isabel II, de Rosario Martinez Vázquez de Parga y propia)

Fernando Colmenarejo, equipo A de arqueología de Colmenar Viejo.


Historia del Canal de Isabel II, Rosario Martinez Vázquez de Parga (Fundación Canal de Isabel II - 150 aniversario)


miércoles, 11 de enero de 2017

TRES CANTOS Y EL AGUA CAPITULO V - II



Capitulo V - II (Continuacion)

Otros elementos arqueológicos e históricos en Tres Cantos.-
    Queremos comunicar al lector, de forma sencilla, la importancia y riqueza de nuestro legado arqueológico e histórico que entendemos son desconocidos para el gran público y que están situados en el término municipal de Tres Cantos.
    La  zona ha sido habitada desde el  paleolítico,  y por ello encontramos en nuestro termino municipal, restos de poblamientos prehistoricos,  necrópolis  visigodas,  explotaciones agrícolas, especialmente vitivinícolas en siglos posteriores y aprovechamiento de  vegas  de  regadío, leña  y  pastos  desde los más remotos  tiempos.
    Una vez más debemos dar gracias al Equipo A de Arqueología de Colmenar Viejo, personalizando en Fernando Colmenarejo, que nos ha permitido conocer nuestro patrimonio arqueológico e histórico.
    Nos detendremos en algunos elementos específicos, en este capitulo final del presente blog.


Tres Cantos y los poblamientos humanos en su término.
Primeros poblamientos. 
    Los torrentes y ríos que bajaban de las montañas, acarreaban sedimentos que se fueron depositando de forma gradual, rellenándose así las zonas más bajas de las cuencas. 

Localización de hallazgos de restos arqueológicos                      

     Sobre estos sedimentos, compactados convenientemente por la acción del sol, del viento y del paso de los años, se fueron asentando y desarrollando las tareas cotidianas de los primeros grupos humanos de los que tenemos constancia en nuestra zona.
    El área del arroyo Tejada, esta caracterizado por ser un paraje de terrazas  (Pleistoceno Inferior) y una de las zonas más prolijas en hallazgos.

     
    Se han recuperado, durante laboriosos trabajos en el paramo, las terrazas y en los márgenes de los cauces fluviales del municipio, un notable número de  piezas de material lítico, mas de 80 piezas halladas en diferentes enclaves e indicados precisamente en el mapa anterior, se reparten en Arroyo Tejada, Arroyo Moraleja, Valcastellano , El Tegarral , y Arroyo Valdelaosa,  o a caballo entre este municipio y el de Colmenar Viejo, como El Vado y  Las Saceras.
    Como señalábamos, existe un predominio de materiales localizados en las terrazas fluviales, según es común en este tipo de hallazgos.
    La tipología de las piezas es diversa, aunque hay un predominio de productos de talla, lascas de descortezado, lascas retocadas y algunos núcleos. 
    
    La materia prima más abundante es la cuarcita, el sílex y en menor medida el cuarzo.
    Los útiles hallados son las bifaces, hendedores y raederas, aunque también se han identificado algunas "lascas de levalloise", algo más recientes.




    Las materias primas halladas, nos indican que existe un predominio de las locales, con muestras variadas de sílex, que apuntan a evidentes movimientos de población, asociado a grupos de carroñeros-recolectores de los primeros momentos del Pleistoceno.
    La morfología de las bifaces y la buena representación de lascas y raederas, indican dataciones del periodo Achelense (300.000 – 140.000 años antes del presente).

  • Vías de comunicación.
    No es mucho el conocimiento que se tiene de esta época, en lo relativo a su organización y explotación  durante el Imperio Romano, salvo algunas excepciones.
    Con los datos disponibles y con las necesarias intervenciones arqueológicas en Tres Cantos y otros municipios limítrofes, se podrá perfilar con garantías los enclaves de los hábitats poblacionales.
    Todo indica que durante el Bajo Imperio Romano, se produjo una alta densidad de asentamientos en la zona, con actividades no solo ganaderas, sino también de procesado y producción minera.



    Es necesario dar a conocer las vías de comunicación utilizadas en aquella época y para ello partimos del "mojón-tenante de altar", localizado en la ermita de la Virgen de los Remedios y en los restos de la calzada romana al norte de la Fuente del Moro, ambos en Colmenar viejo.

Mojon-tenante de altar.
    En el caso del mojón, existen dos inscripciones, una del siglo XVII, conmemorándose el hallazgo de la talla de la Virgen, y la segunda mucho más interesante, cincelada y pintada con las abreviaturas TER . AVC cuya transcripción es Ter(minus) Aug(ustalis), es decir, un hito del Alto Imperio Romano que señala la separación de territorios.       
    Algunas hipótesis se orientan  hacia un posible trifiniun o límite divisorio entre tres ciudades destacadas y sus territorios: Complutum (Alcalá de Henares) al este, Toletum (Toledo) al sur y Segovia al norte.

    Se conservan unos 100 metros de la calzada a la que hemos hecho referencia, que discurre al norte del yacimiento (necrópolis y hábitat) de Fuente del Moro, en la vía de Segovia a Complutum.

Necropolis de la Fuente del Moro en Colmenar.

    Partiendo de estos testimonios y de otros datos, podemos establecer diferentes trazados que cruzaban el territorio madrileño:
  • La Via XXIV que enlazaba Caesaraugusta (Zaragoza) y Emerita Augusta (Mérida), 
  • La Vía XXV, alternativa a la anterior, a través de Salamanca, enlazaría Augustobriga, Toletum, Titulciam y Complutum.
    Como curiosidad y según algún autor, la actual M-607 tiene su origen en una Vía de época romana, que partiendo de Madrid, subía por Fuencarral y Tres Cantos, hasta enlazar con la Vía XXIV, ya descrita, en la Fuente del Moro.


    Estas vías se verán complementadas por una nutrida red de cañadas y cordeles para los ganados, además de los nuevos caminos comerciales, que parecen adquirir importancia en el Medievo tras la fundación del lugar de Colmenar Viejo, en el siglo XIII.
    Ya hemos hablado del camino que discurría por la actual M-607 y del que iba de Segovia a Alcalá de Henares. 
    De este ultimo existen referencias muy precisas y preciosas desde el punto de vista del lenguaje antiguo, literalmente “…y un pedazo de tierra que son zinco fanegas de tierra en termino de esta villa dodizen Moraleja que han por linderos por la una parte del camino de Alcalá e por la otra parte del Arroyo de Moraleja…”. 
    Existe otra referencia precisa, “… a dodizen El Bodonal sembrado de trigo e centeno (…) linderos con el camino de Segovia…”. 
    El camino penetra en el Soto de Viñuelas, donde la cartografía antigua lo denomina “camino de Valdealcalá”, para salir por Fuente del Fresno y de allí a Ajalvir.
    Otro camino significativo es el que va de Colmenar a El Pardo, paralelo a la cañada de la Marmota, concretamente al arroyo de Valdegoinos, salvado mediante un puente y entrando en El Pardo paralelo al rio Manzanares.